«La Medicina Familiar es la especialidad que se construye sobre el núcleo de conocimiento derivado de otras especialidades -que proviene principalmente de la Medicina Interna, la Pediatría, la Cirugía, la Gineco Obstetricia y la Salud Mental -, que establece una unidad coherente, combinando las ciencias de la conducta con las tradicionales ciencias biológicas y clínicas. El núcleo de conocimiento abarcado por la Medicina Familiar prepara al médico para un papel único el manejo de los pacientes, la solución de los problemas, el consejo y la coordinación total de la atención para la salud» (Walter O. Spitzer).
El médico familiar es ante todo un clínico capaz de prevenir, identificar y resolver problemas de salud, independientemente de la edad, género o cultura de sus pacientes y desde una perspectiva sistémica y social. Ejerce la medicina de acuerdo a su competencia profesional, reconociendo cuando existe la necesidad de participación de otros especialistas o profesionales en el estudio, enfocándose en el análisis y tratamiento de los problemas de salud de los pacientes.
El médico familiar se distingue por ofrecer servicios de atención médica continuos e integrales a las personas y sus familias, lo cual le permite poner énfasis en una de sus funciones primordiales: la prevención para ofrecer alternativas de solución.
